Hoy quiero hablaros de uno de los edificios que más me gustan, se trata de unas Termas situadas en la localidad de Vals, en Suiza, y que fueron diseñadas por el arquitecto Peter Zumthor, o como a mi me gusta llamarlo, el poeta del espacio.
Zumthor es un arquitecto sencillo y no presuntuoso. Un arquitecto que ama la arquitectura y que realiza muy pocos proyectos, ya que cada proyecto lo trata de forma artesanal. Como nos explica en sus libros, lo más importante para él es captar la atmósfera de un espacio, su principal deseo es que cuando estemos en un edificio diseñado por él nos encontremos bien allí. ¿Cuántas veces hemos estados incómodos en edificios que, aparentemente parecen muy bien diseñados, pero que no funcionan? Estan realizados por un artista de renombre, pero no transmiten sinceridad, sus formas no nos dicen nada, son como una poesía hecha de palabras vacías, como dice Murakami: no hay significado, todo son símbolos. Para explicarme mejor, me gustaría trasladaros un texto de Haruki Murakami de su novela Kafka en la orilla, que al leerlo no pude dejar de relacionar con la arquitectura de Zumthor: "- ¿Te ha gustado la canción? - Mucho. - A mi también. Es preciosa y, a la vez, original. Sencillla, pero profunda. Dice mucho de la persona que la ha compuesto. - Claro que la letra es muy simbólica [...] - La poesía y el simbolismo siempre han estado indivisiblemente unidos [...] - ¿Crees que la señora Saeki comprendía el significado de los versos? [...] - No necesariamente. El simbolismo y el significado son dos cosas distintas. Es posible que ella lograra encontrar las palabras precisas sin usar procedimientos redundantes como el significado y la lógica. Debió de capturar las palabras de los sueños, como si agarrara suavemente por las alas una mariposa que volara por el espacio. Los artistas son capaces de evitar la redundancia. - O sea, que crees que la señora Saeki encontró las palabras en una dimensión distinta, un sueño, por ejemplo. - En los grandes poemas siempre sucede más o menos de esa forma. Si las palabras que contiene el poema no logran encontrar un túnel profético que las conecte con el lector, el poema no cumple su función como tal. - Pero hay muchos poemas que se limitan a fingirlo [...] - Exacto. Fingirlo es fácil. Basta con aprenderse un truco. Se utilizan palabras que parecen simbólicas y ya se tiene algo que se parece a un poema. - Pero [...] puedo percibir algo sincero. - Soy de la misma opinión. Las palabras de ese poema no son palabras vacías. Claro que ya no puedo calibrar con exactitud el poder de persuasión que poseen las palabras del poema por sí solas. Porque, dentro de mi cabeza, la letra y la melodía ya se han fundido en una sola cosa." Creo que este texto encaja a la perfección con la arquitectura de Zumthor: preciosa, original, sencilla, profunda,... ¿de dónde debe capturar Zumthor sus ideas? ¿por qué su arquitectura transmite tanta sinceridad? probablemente su inspiración venga del mismo lugar donde los grandes poetas extraen las palabras, porque si observáis las Termas de Zumthor veréis como los materiales y las formas se han fundido de la forma más precisa, como en la más bella poesía.
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Me gustaría contaros mi experiencia con un diseñador al que admiro y del que hace poco leí su nuevo libro Miguel Milá, Lo esencial, editado en noviembre de 2019 por Lumen. En este libro Milá nos habla de si mismo, de su obra, sus principios, sus ideas, su vida personal, su familia,... se trataría de un "Milá por Milá". Un libro 100% recomendable.
Mi experiencia con un diseño Milá ocurrió hace muchos años, estando de vacaciones en el pirineo catalán. Recuerdo que alquilamos una casa que no era especialmente lujosa y que estaba decorada en estilo rústico. La típica casa de montaña, sencilla y con unas vistas impresionantes. Pero no fueron las bonitas vistas a la ladera lo que más captó mi atención, ni el maravilloso suelo de arcilla, ni las paredes de piedra, ni el entremado de vigas de madera del techo. Lo que realmente captó mi atención, y que todavía recuerdo exactamente, fué una chimenea de hierro forjado en una de las esquinas del salón. Tenía una base triangular y una tapa perforada, El efecto era tan sublime que todo quedó como suspendido en el tiempo. Se trataba de la chimenea A-14 de Miguel Milá. Ha pasado mucho tiempo desde aquel día pero todavía recuerdo exactamente aquella sala de estar con su cálida chimenea, sus paredes de piedra, su suelo de gres, el techo de madera,... e intentando conprender, ¿por qué hay determinados espacios que amamos? que nos producen un sensación tan agradable que nos encantaría vivir eternamente allí. Milá, en su libro, nos da la respuesta: porque funcionan tan perfectamente que no se pueden hacer mejor, y yo digo, como sus diseños: tan perfectos y atemporales que no se pueden hacer mejor. Hoy me gustaría hablaros de Miquel Torner de Semir. Increíble artista, al que le encanta retratar figuras femeninas. En sus cuadros observamos cómo percibe a la mujer, y podemos coincidir, o no, con lo que nos quiere transmitir, pero la transmisión de su percepción ocurre y esto es lo verdaderamente importante.
Si consideramos que el arte debe transmitir el subconsciente, en Torner de Semir se hace especialmente patente esta transmisión. No me cansaría nunca de mirar a sus mujeres e ir imaginando historias sobre qué deben estar pensado, qué estaban haciendo en el momento antes de ser pintadas, qué van a hacer cuando finalice ese momento, dónde están, quiénes son, dónde van,... Para mi, sus cuadros son verdaderas obras de arte. Os dejo aquí una de sus pinturas por si no conocéis este fascinante pintor. "En un mundo donde todo es torbellino de fuerzas, danza de átomos, donde todo está arriba y abajo a la vez, en la periferia y en el centro, me costaba imaginar la existencia de un globo inmóvil, de un punto fijo que al mismo tiempo no fuera moviente" Marguerite Yourcenar Abro este post para comentaros una pintura que captó mi atención desde el principio, y que consigue que cada vez que vuelvo a ella me transmita algo más. Es como si la imagen sufriera pequeños cambios que despiertan otra vez el interés en mi. Se trata de "La mesa roja" de Henri Matisse, o "Armonía en rojo" como él prefería llamarla. Mi intención con este post no es adentrarme en quién fué Matisse. Encontrareis infinidad de información sobre él. Simplemente me gustaría comentar con vosotros algunos aspectos técnicos de esta fascinante pintura: Las formas están modeladas sin luz ni sombra, por lo que no transmite sensación de solidez, sino de algo etéreo y espacial, y aunque sigue las reglas de la perspectiva consigue crear el efecto de que el mantel y el papel de la pared están en un mismo plano. Además, ofrece un aspecto espontáneo e infantil, tanto en las formas como en la selección del esquema cromático. Parece una pintura que se ha realizado rápidamente. Otro aspecto interesante, es la simplificación de las formas a su interés, modificando el contorno de los árboles y de la figura humana para armonizar con los dibujos del mantel y de la pared. También es destacable el esquema cromático. Es salvaje, típico de la estética fauve, con la utilización de colores primarios y simples. Si comparamos "La mesa roja" de 1908 con otra pintura suya de la misma temática pero realizada once años antes, "La mesa servida", de 1897 podreis observar la increible evolución de Matisse. De una influencia impresionista hacia una estética fauvista. Si no la conocéis, os invito a que hagáis la búsqueda. ¡Os sorprenderá! Adoro el diseño de mobiliario. Me encanta observar cada mueble hasta el más mínimo detalle. Ver cómo está fabricado, cómo están hechas las uniones, el tacto de los materiales,... y hoy quería hablaros de una silla muy especial, la BKF.
La BKF, también llamada Butterfly, es quizás el diseño argentino más conocido en el mundo. Su creador, Jorge Ferrari Hardoy, la diseñó en 1937 y fueron sus compañeros Antonio Bonet y Juan Kurchan quienes le animaron a exponerla en el Salón de Artistas y Decoradores de Buenos Aires en 1940. El éxito fue tal, que 80 años después sigue siendo un clásico del diseño moderno y cada vez se utiliza más en decoración de interiores. Debido a los impedimentos para registrarla, es un diseño libre de derechos que ha sido, y está siendo, fabricada por multitud de empresas, lo que ha ocasionado que haya miles de BKF distintas. Cómo curiosidad, si os apetece ver el diseño de la primera BKF, deciros que sólo se fabricaron 3 unidades del diseño original. Una está en la exposición permanente del MOMA en Nueva york, otra en Pensilvania, en la casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright y de la tercera se desconoce la ubicación. Hoy en día, encontraréís diseños Butterfly muy económicos pero de calidad cuestionable (piel sintética, estructura endeble, juntas defectuosas,..) pero también encontraréis empresas que la fabrican con materiales de alta calidad. Si queréis una BKF que sea como el diseño original la encontraréis en Isist Leather, y si deseais una BKF que además de calidad incluso mejore el diseño original, visitad la empresa sueca Cuero Design, que para hacerla más confortable, sus diseños son incluso un 30% mayores que el original. En definitiva, una silla icono del diseño, una obra de arte, una silla-escultura. En este momento estoy leyendo El misterio de la creación artística de Stefan Zweig. Un libro delicioso, interesante, elegante,... era de esperar, ya que todo lo que he leido de este maravilloso escritor me parece excepcional. Es un libro que se debe leer despacio, ya que no es una novela, se trata de un ensayo en el que Zweig se pregunta sobre el acto creativo de todo artista. Sobre esos momentos de inspiración en los que el artista se haya en su mundo imaginario.
Zweig comienza su libro explicándonos que la creación artística solo puede durar eternamente cuando se produce en la esfera del arte: "De todos los misterios del universo, ninguno más profundo que el de la creación. Nuestro espíritu humano es capaz de comprender cualquier desarrollo o transformación de la materia. Pero cada vez que surge algo que antes no había existido -cuando nace un niño o, de la noche a la mañana, germina una plantita entre grumos de tierra- nos vence la sensación de que ha acontecido algo sobrenatural, de que ha estado obrando una fuerza sobrehumana, divina. Y nuestro respeto llega a su máximo, casi diría, se torna religioso, cuando aquello que aparece de repente no es cosa perecedera. Cuando no se desvanece como una flor, ni fallece como el hombre, sino que tiene fuerza para sobrevivir a nuestra propia época y a todos los tiempos por venir -la fuerza de durar eternamente, como el cielo, la tierra y el mar, el sol, la luna y las estrellas, que no son creaciones del hombre, sino de Dios. A veces nos es dado asistir a ese milagro, y nos es dado en una esfera sola: en la del arte. Les consta a todos que año tras año se escriben y publican diez mil, veinte mil, cincuenta mil libros, se pintan cientos de miles de cuadros y se componen cientos de miles de compases de música. Pero esa producción inmensa de libros, cuadros y música no nos impresiona mayormente. Nos resulta tan natural que los autores escriban libros, como que luego los encuadernen y los libreros, por último, los vendan. Es éste un proceso de producción regular como el hornear pan, el hacer zapatos y el tejer medias. El milagro sólo comienza para nosostros cuando un libro único entre esos diez mil, veinte mil, cincuenta mil, cien mil, cuando uno solo de esos cuadros incontables sobrevive, gracias a su entelequia, a nuestro tiempo y a muchos tiempos más. En este caso, y sólo en éste, nos apercibimos, llenos de veneración profunda, de que el milagro de la creación vuelve a cumplirse aún en nuestro mundo." Después se pregunta Zweig sobre por qué el artista no nos describe su modo de crear, sobre qué sucedió en el interior del artista esas horas de creación, qué misterio encierra ese momento, dónde se encuentra el artista: "...toda creación verdadera sólo acontece mientras el artista se halla cierto grado fuera de sí mismo, cuando se olvida de sí mismo..." "Está en su obra. Mientras crea, no está en su mundo, en nuestro mundo, sino en el mundo de su obra, y por eso mismo es incapaz de observarse a sí mismo." "...el artista no tiene tiempo ni lugar de observarse a sí mismo mientras se halla en el estado apasionado de la creación. El artista no es capaz de observar su propia mentalidad mientras trabaja..." "Y ese estado de la concentración absoluta, no es un elemento secundario de la creación, sino que constituye el elemento ineludible, la verdadera médula de nuestro secreto. El artista sólo puede crear su mundo imaginario olvidándose del mundo real." "A causa de ese ensimismamiento absoluto, resulta luego incapaz de describir el proceso de la creación artística. En efecto, él no sabe de qué modo ha procedido, incluso hay veces que ni siquiera sabe lo que ha producido." Para posteriormente, preguntarse sobre la fórmula de la creación artística, es decir el origen de la obra artística: "La fórmula verdadera de la creación artística no es, pues, inspiración o trabajo, sino inspiración más trabajo, exaltación más paciencia, deleite creador más tormento creador. Cada artista posee la idea presente como un sueño, ¿y quién pudiera decir de dónde proceden las ideas? ¿Quién podría decir de qué profundidades de la naturaleza humana o de qué altura del cielo proceden esos rayos divinos que de repente resplandecen en el artista? Pero sólo resplandecen por instantes con ese brillo maravilloso. Luego se apagan y entonces comienza para el artista la tarea de reproducir esa visión interior, única. Procura entonces hacer visible a la humanidad para todos los tiempos lo que él mismo vislumbró en ese instante de iluminación. El pintor tratará de fijar en la materia basta de la tela el cuadro que ha visto con los ojos del espíritu. El músico tratará de retener con el número limitado de los instrumentos terrenales la sucesión de sonidos que le sonaba como en sueños. Siempre es el mismo proceso. un sueño se convierte en fenómeno duradero, una idea toma forma, lo inconsciente de un solo hombre genial llega a la conciencia de la humanidad entera." Y termina, de forma similar a como empezó, con una maravillosa exaltación sobre la eternidad del arte: "...cuando seguimos, aunque sea a un solo artista, humildemente, a través de todas las etapas de sus obras, ese esfuerzo nos enseña más, con respecto al carácter de su arte, que cien libros y mil conferencias... Cuanto más nos esforzamos por profundizar en los misterios del arte y del espíritu, tanto más los admiramos por su inconmesurabilidad. No tengo yo noticias de deleite y satisfacción más grandes que reconocer que también le es dado al hombre crear valores imperecederos, y que eternamente quedamos unidos al Eterno mediante nuestro esfuerzo supremo en la tierra: mediante el arte" En definitiva, un ensayo sobre los misterios de la creación artística que analiza las fases del proceso creativo, y nos ofrece respuestas a las cuestiones relativas al acto de creación de una obra artística. |
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