Hoy quería dedicar un post a un diseño que se ha vuelto a poner de moda, pero que en realidad tiene un centenar de años, se trata de las sillas del fabricante Thonet. La marca ha reeditado algunos de sus más icónicos modelos y pese a ser un diseño tan antiguo está teniendo una increible aceptación entre la gente joven.
Los diseños Thonet me gustan, aunque me transmiten una sensación melancólica, me transportan a mi infancia cuando pasaba los veranos en el pueblo de mi familia. Allí las viví y las usé. De hecho, todavía conservamos seis sillas Thonet en la casa familiar tanto por su diseño como sus bellos recuerdos. Thonet fué un gran innovador, quería fabricar una silla que se pudiera transportar fácilmente y en grandes cantidades y para ello ideó un mecanismo que permitía el doblado de la madera al vapor y un sistema de atornillamiento que facilitaba apilar gran cantidad de sillas desmontadas, facilitando de esta forma el transporte en grandes cantidades. Una vez las sillas llegaban a su destino era increíblemente fácil su montaje gracias a su sistema de atornillamiento. Trasladándonos a nuestra época, podríamos decir que Thonet diseñó el primer mueble Ikea. Thonet se convirtió en unos de los pioneros en el diseño industrial de muebles. Una de sus sillas más vendidas es la nº 14 denominada silla de café o, también, la silla de las sillas, de la que Le Corbusier dijo: "Nunca ha sido creado algo más elegante y mejor concebido, más preciso en su ejecución y más excelentemente funcional".
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Me gustaría contaros mi experiencia con un diseñador al que admiro y del que hace poco leí su nuevo libro Miguel Milá, Lo esencial, editado en noviembre de 2019 por Lumen. En este libro Milá nos habla de si mismo, de su obra, sus principios, sus ideas, su vida personal, su familia,... se trataría de un "Milá por Milá". Un libro 100% recomendable.
Mi experiencia con un diseño Milá ocurrió hace muchos años, estando de vacaciones en el pirineo catalán. Recuerdo que alquilamos una casa que no era especialmente lujosa y que estaba decorada en estilo rústico. La típica casa de montaña, sencilla y con unas vistas impresionantes. Pero no fueron las bonitas vistas a la ladera lo que más captó mi atención, ni el maravilloso suelo de arcilla, ni las paredes de piedra, ni el entremado de vigas de madera del techo. Lo que realmente captó mi atención, y que todavía recuerdo exactamente, fué una chimenea de hierro forjado en una de las esquinas del salón. Tenía una base triangular y una tapa perforada, El efecto era tan sublime que todo quedó como suspendido en el tiempo. Se trataba de la chimenea A-14 de Miguel Milá. Ha pasado mucho tiempo desde aquel día pero todavía recuerdo exactamente aquella sala de estar con su cálida chimenea, sus paredes de piedra, su suelo de gres, el techo de madera,... e intentando conprender, ¿por qué hay determinados espacios que amamos? que nos producen un sensación tan agradable que nos encantaría vivir eternamente allí. Milá, en su libro, nos da la respuesta: porque funcionan tan perfectamente que no se pueden hacer mejor, y yo digo, como sus diseños: tan perfectos y atemporales que no se pueden hacer mejor. Adoro el diseño de mobiliario. Me encanta observar cada mueble hasta el más mínimo detalle. Ver cómo está fabricado, cómo están hechas las uniones, el tacto de los materiales,... y hoy quería hablaros de una silla muy especial, la BKF.
La BKF, también llamada Butterfly, es quizás el diseño argentino más conocido en el mundo. Su creador, Jorge Ferrari Hardoy, la diseñó en 1937 y fueron sus compañeros Antonio Bonet y Juan Kurchan quienes le animaron a exponerla en el Salón de Artistas y Decoradores de Buenos Aires en 1940. El éxito fue tal, que 80 años después sigue siendo un clásico del diseño moderno y cada vez se utiliza más en decoración de interiores. Debido a los impedimentos para registrarla, es un diseño libre de derechos que ha sido, y está siendo, fabricada por multitud de empresas, lo que ha ocasionado que haya miles de BKF distintas. Cómo curiosidad, si os apetece ver el diseño de la primera BKF, deciros que sólo se fabricaron 3 unidades del diseño original. Una está en la exposición permanente del MOMA en Nueva york, otra en Pensilvania, en la casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright y de la tercera se desconoce la ubicación. Hoy en día, encontraréís diseños Butterfly muy económicos pero de calidad cuestionable (piel sintética, estructura endeble, juntas defectuosas,..) pero también encontraréis empresas que la fabrican con materiales de alta calidad. Si queréis una BKF que sea como el diseño original la encontraréis en Isist Leather, y si deseais una BKF que además de calidad incluso mejore el diseño original, visitad la empresa sueca Cuero Design, que para hacerla más confortable, sus diseños son incluso un 30% mayores que el original. En definitiva, una silla icono del diseño, una obra de arte, una silla-escultura. |
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Septiembre 2024
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