Por cuestiones personales, últimamente, estoy retomando el contacto con familiares a los que hacía mucho que no veía y estaba el otro día en una comida familiar cuando uno de mis primos, que por supuesto desconocía mi obra, además de ignorar muchos aspectos o, prácticamente todos, sobre arte y arquitectura, en un alarde de querer hacerse el interesante cual periodista especializado, probablemente pensando que huiría de la respuesta, va y me pregunta ¿y tú, que eres arquitecta y se supone que eres artista, puedes explicarme de qué va el arte? casi mi da un ataque de risa, aunque disimulé, claro, pero es que es mi tema fetiche, porque llevo muchos años dedicada a comprender de qué va el arte. Mi curiosidad sobre este tema es tan grande que creo que me he leído las opiniones más relevantes, he estudiado la historia del arte, a los artistas más destacados, he investigado sobre el por qué de la creación artística, de la inspiración,… he creado arte, mi propio arte, con un estilo que me caracteriza, en definitiva, después de tanta búsqueda mi respuesta a la pregunta de qué va el arte es muy clara, y así se lo dije a mi primo:
- Personalmente pienso que el arte va de transmitir, porque siento que el arte es, ante todo, y por encima de técnicas, pinturas, pinceles y problemas plásticos, un medio de comunicación entre personas. Haz la prueba… ponte frente a una obra de arte e intenta vaciar tu mente, sal de ti mismo e intenta ver lo que el artista es, lo que el artista ve de este universo. Si la obra de arte te transmite un sentimiento, una emoción,… estás frente a una verdadera obra de arte. Porque un artista no pinta solo lo que ve, lo que tiene delante, también lo que tiene en su interior, lo que siente,… un verdadero artista dibuja conexiones, ata los hilos invisibles entre las cosas y sus obras siempre nos dejan entrever un poco de su espíritu. En resumen, el arte, imprescindiblemente, debe transmitir, al tiempo que debe tener algo de místico, espiritual, trascendental,… debe ser objetivo, material, terrenal,… y a la vez universal y dinámico. Se quedó todo el mundo callado, no sé que debían estar pensando, pero una de dos, o no entendieron nada o les hice pensar sobre el tema. Deseo que sea lo segundo, pues si con mis palabras consigo despertar curiosidad sobre el Arte, que es mi vida, mi pasión, y lo que más amo de este mundo, objetivo conseguido.
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El arte, considerado por muchas personas como algo inútil, es para mi la forma de comunicación más espiritual que existe, en la que un ser humano experimenta los sentimientos o las emociones que le comunica otro ser humano a través de una realización creativa y artística. Yo no podría vivir sin crear, dibujar o pintar, son actos esenciales en mi vida, así como hay personas que necesitan escribir y otras componer canciones.
Y, si nos disponemos a analizar, para qué sirve el arte, considerado por muchos como una inutilidad y un sin sentido, me gustaría hacer un homenaje a Nuccio Ordine, el extraordinario profesor, sabio y escritor que trascendió el 10 de junio del 2023, el cual en su maravilloso ensayo La utilidad de lo inútil, anota las reflexiones sobre la utilidad del arte que hicieron seres tan impresionantes como Lorca, Ionesco, Leopardi, Montaigne, Platón, Aristóteles, Kant, Ovidio, Heidegger, Dante, Petrarca, Italo Calvino y Foster Wallace, entre otros. García Lorca. Es imprudente vivir sin la locura de la poesía Las palabras pronunciadas por Federico García Lorca el año 1934 a los estudiantes de la Universidad de Madrid en la presentación de unos poemas de Pablo Neruda hacen que vibren las cuerdas de nuestro corazón. Lorca nos invita a nutrir con la literatura ese grano de locura que todos llevamos dentro, sin el cual sería en verdad imprudente vivir: “Yo os aconsejo oír con atención a este gran poeta y tratar de conmoveros con él cada uno a su manera. La poesía requiere una larga iniciación como cualquier deporte, pero hay en la verdadera poesía, un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir. Y ojalá os sirva para nutrir ese grano de locura que todos llevamos dentro, que muchos matan para colocarse el odioso monóculo de la pedantería libresca y sin el cual es imprudente vivir”. Eugène Ionesco. Lo útil es un peso inútil En una conferencia de 1961 dictada en presencia de otros escritores, Eugène Ionesco reafirma hasta qué punto necesitamos la insustituible inutilidad, frente a esta humanidad extraviada que ha perdido el sentido de la vida: “El hombre moderno, que ya no tiene tiempo para detenerse en las cosas inútiles, está condenado a convertirse en una máquina sin alma. Prisionero de la necesidad, ya no está en condiciones de entender que lo útil puede transformarse en un peso inútil, agobiante y que si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Así, el hombre que no comprende el arte se vuelve un esclavo o un robot, se transforma en un ser sufriente, incapaz de reir y gozar. Y, al mismo tiempo, puede ser presa fácil de un fanatismo delirante (pensemos, en las últimas décadas, en los fanatismos religiosos) o de cualquier rabia colectiva, que constituyen las amenazas que pesan sobre la humanidad que no tiene tiempo de reflexionar, de recuperar su serenidad o su lucidez...” Okakura Kakuzo. La inutilidad y la esencia de la vida Ya en 1906, en su Libro del Té, el japonés Okakura Kakuzo en su capítulo dedicado a las flores, nos hace reflexionar sobre el descubrimiento de lo inútil, el salto de la bestía a lo humano y supone que la poesía amorosa nace en el mismo momento en el que nació el amor por las flores: "Al ofrecer a su amada la primera guirnalda, el hombre primitivo se eleva sobre la bestia; saltando sobre las necesidades burdas de la naturaleza, se hace humano; percibiendo la sutil utilidad de lo inútil, entre en el reino del arte”. De esta forma, con un gesto tan simple la humanidad se vuelve más humana. Porque al final, si nos paramos a analizar qué es lo que más importa de los objetos que nos rodean, qué es lo verdaderamente útil, nos daremos cuenta que es todo aquello que nos transmite una emoción, que alimenta nuestro espíritu, que nos engrandece el alma,... Una de las máximas dificultades en el arte consiste en expresar el vacío, ya que el vacío es un concepto abstracto que puede tener diferentes interpretaciones en función del contexto cultural y filosófico. Son las filosofías orientales las que interpretan con excelencia el concepto de vacío:
Chantal Maillard en La sabiduría como estética nos descubre como el arte oriental expresa el vacío: “La vacuidad mental, que constituye una de las metas intermedias del camino budista, no es más que uno de los requisitos preliminares para el fin que pretende alcanzar el taoista: captar la ley del Tao significa comprender la armonía entre los opuestos, sus oscilaciones y la acción del vacío en lo que aparece y se percibe como opaco, lleno. Es cuestión, ante todo, por tanto de equilibrio, y esto es lo que el artista tratará de plasmar. El Tao tiene multitud de espíritus y desciende en las cosas como descienden los ríos por las colinas. Las venas del dragón recorren el universo. El Tao, dice Pu Yen-t´u (dinastia Tsing: ref. Cheng, F. 1991, 86) es un dragón en el cielo; un dragón que siempre se oculta tras las nubes o en la niebla pues, si se mostrase en su desnudez, carecería de misterio. Su infinito poder de fascinación reside en ese doble aspecto visible-invisible. Por ello, sigue diciendo Pu Yen-t´u, el paisaje debe combinar siempre lo visible con lo invisible. Los trazos inacabados, los espacios en blanco o la manera de “decir sin decir” permiten que la imaginación del receptor complete lo indicado. Lo fragmentario apunta a la totalidad mucho mejor que la obra terminada porque, sobre lo definitivo y completo, la mirada, teniéndolo que asumir, resbala, mientras que lo inacabado la arrebata, invitándola a seguir el movimiento indicado hasta acabarlo. El juego, por tanto, es doblemente creativo: el artista inicia el trabajo sugiriendo, y cada receptor lo completa interiormente. En esto consiste el gran valor de la abstracción en sus distintos grados, cosa que supieron entender muy bien los representantes del arte abstracto.” En definitiva, el vacío no debemos considerarlo carencia o inexistencia de algo, sino, al contrario, plenitud. Cuando conseguimos que las cosas estén a la vez presentes y ausentes, mantenemos el aliento vivo y el misterio intacto. No debemos temer lo inacabado, sinó más bien lamentar lo demasiado acabado. Hay que dejar volar la imaginación del espectador, incitarle a pensar. En Arte, la sugestión es la clave para expresar el principio del vacío. En el momento en que se sabe que una cosa está acabada, el espectador ya no puede cuestionarse nada. Se expresa el vacío en una obra de arte cuando el espectador tiene la necesidad de acabarla en su mente. Como dice Okakura Kakuzo en “El libro del te”: “No diciéndolo todo el artista, deja al espectador la ocasión de integrar su idea y es así como una obra maestra verdaderamente grande cautiva irresistiblemente nuestra atención hasta el punto de que creemos formar parte de ella. Descubrimos allí una cavidad, en la que podemos insertarnos y llenarla con la medida toda de nuestra emoción artística” Siempre he pensado que la intuición es el factor más importante en cualquier obra de arte sincera. Creo que los verdaderos artistas tienen un sentido del límite que les permite decidir tal o cual aspecto, para transformar su trabajo en una obra sensible y personal. El tacto artístico como nos describe Kandinsky en su ensayo De lo espiritual en el arte es una cualidad intuitiva del artista que debe potenciar:
"En el arte la teoría nunca va por delante y arrastra tras de sí a la praxis, sino que sucede lo contrario. En el arte todo es cuestión de intuición, especialmente, en los comienzos. Lo artísticamente verdadero solo se alcanza por la intuición, especialmente al iniciarse un camino. Aun cuando la construcción general se puede lograr mediante la teoría pura, el elemento que constituye la verdadera esencia de la creación nunca se crea ni se encuentra a través de la teoría; es la intuición quien da vida a la creación. El arte actúa sobre la sensibilidad y, por lo tanto, sólo puede actuar a través de la sensibilidad. El cálculo matemático y la especulación deductiva, aunque se basen en medidas seguras y pesos exactos, nunca producirán resultados artísticos. No se pueden formular matemáticamente esas medidas, ni se encuentran esos pesos. Las medidas y las balanzas no están fuera sino dentro del artista y constituyen lo que podríamos llamar su sentido del límite, su tacto artístico -cualidades con las que el artista nace y que se potencian hasta la revelación genial gracias al entusiasmo-". Según Abraham Maslow, la comunicación entre el individuo y el mundo depende en gran medida de su isomorfismo (similaridad de estructura o forma). Es decir, que el mundo sólo puede comunicar a una persona lo que la mente de esa persona es capaz de captar en el nivel al que está. Una mente "elevada" puede captar un significado "elevado", que es lo mismo que vino a decir Emerson con su: "Tal como somos así vemos".
Pero, curiosamente, en esta relación entre el individuo y el mundo también se produce un isomorfismo recíproco, es decir, que lo que vemos es lo que nos hace como somos. Las personas tienen con el mundo una relación dinámica en la que se elevan o rebajan mutuamente, por lo que, tal como hemos dicho en el apartado anterior, cuando hablábamos de isomorfismo, personas de nivel alto podrán entender un conocimiento de nivel más alto, pero al mismo tiempo, también se produce un isomorfismo recíproco, ya que un entorno de nivel alto tiende a elevar el nivel de la persona, del mismo modo que un entorno de bajo nivel puede rebajarla. Si nos dirigimos al ensayo de Luis Racionero, Textos de estética taoísta: "En esta teoría estructuralista del isomorfismo en la percepción está el fundamento de la estética por venir. La nueva estética que reemplazará al actual desbarajuste evaluativo del arte moderno será una estética que propondrá como función del arte elevar a la persona a estados emocionales y niveles de percepción superiores, tal como hacen el yoga y las sustancias psicodélicas. Todo el contenido de la "denuncia" y el "mensaje" en el arte se dejará para otro lugar y al arte se le pedirá lo más difícil: que hable a la intuición, que abra las puertas de la percepción, que haga consciente el subconsciente". Oh, Señor, concede a cada cual su propia muerte. El morir que de aquella vida surge, en la que tuvo amor, sentido y necesidad. Pues sólo somos la cáscara y la hoja. La gran muerte que cada uno lleva consigo: ese es el fruto en torno al que gira todo. Por él muchachas se levantan y surgen como un árbol de un laúd, por él anhelan los muchachos convertirse en hombres; y las mujeres son las confidentes de los púberes, para esos miedos que no sabe quitar nadie más. Por él perdura lo mirado como algo eterno, aun cuando sucediera hace tiempo; y todo aquel que modelaba y construía, se volvió mundo a causa de ese fruto, y se congeló y se desheló y se ciñó a él y lo iluminó. Él se ha llevado todo el calor de cada corazón y el pálido ardor de los cerebros... Mas pasaron tus ángeles cual bandadas de pájaros y encontraron todos los frutos verdes e inmaduros. Rainer Maria Rilke Dale vida a los sueños que alimentan el alma, no los confundas nunca con realidades vanas. Y aunque tu mente sienta necesidad, humana, de conseguir las metas y de escalar montañas, nunca rompas tus sueños, porque matas el alma. Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco. No los dejes que mueran de hastío, poco a poco. No les rompas las alas, que son de fantasía, y déjalos que vuelen contigo en compañía. Dale vida a tus sueños y, con ellos volando, tocarás las estrellas y el viento, susurrando, te contará secretos que para ti ha guardado y sentirás el cuerpo con caricias, bañado, del alma que despierta para estar a tu lado. Dale vida a los sueños que tienes escondidos, descubrirás que puedes vivir estos momentos con los ojos abiertos y los miedos dormidos, con los ojos cerrados y los sueños despiertos. Mario Benedetti
Cuando la travesía emprendas hacia Ítaca, pide que sea largo tu camino, lleno de aventuras, pleno de saberes. A los lestrigones y los cíclopes, al enojado Poseidón no temas, nunca se cruzarán en tu camino, si es alto tu pensar, si una emoción delicada en tu espíritu y tu cuerpo anida. Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al fiero Poseidón encontrarás, si no los llevas tú dentro del alma, si tu alma no los levanta a tu paso. Pide que sea largo tu camino, y muchas las mañanas de verano en que -con qué placer, con qué alegría- entres en puertos nunca vistos; detente en los emporios fenicios, y hazte con sus preciadas mercancías, nácares y corales, ámbar y ébano, y aromas sensuales de todas clases, cuantos más aromas sensuales puedas; a muchas ciudades egipcias ve, a aprender y aprender de quienes saben. Ten siempre a Ítaca en la mente. Llegar allí es tu destino. Pero sin prisa alguna en el viaje. Más vale que se alargue muchos años; y ya en la vejez recales en la isla. con toda la riqueza ganada en el camino, sin esperar que te enriquezca Ítaca. Ítaca te brindó el esplendido viaje. Sin ella no te habrías puesto en camino, No puede ofrecerte nada más. Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó. Con la sabiduría que has alcanzado, con tu experiencia, ya habrás comprendido qué significan las Ítacas. C. P. Cavafis En las sendas pensamos cosas puras, uno al lado del otro, fugitivos, cogidos de la mano, y pensativos en medio de las flores más oscuras. Íbamos solos, como enamorados, entre la verde noche del sendero, compartiendo el fugaz fruto hechicero del astro que aman los enajenados. Después, muy lejos, en la sombra densa de aquel íntimo bosque rumoroso morimos -¡solos!- sobre el césped blando. Y arriba, en medio de luz inmensa, ¡oh, amigo del silencio más hermoso, nos encontramos otra vez, llorando! Paul Valéry "Era como si, a medida que él se iba alejando, la palpitación de aquel pulso los englobara a ambos, proporcionándole a cada uno de ellos ese alivio de dos notas diferentes, una alta y otra baja, pero que tocadas al unísono parecen complementarse entre sí" Virginia Woolf El alma tenías tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. Busqué los atajos angostos, los pasos altos y difíciles... A tu alma se iba por caminos anchos. Preparé alta escala -soñaba altos muros guardándote el alma- pero el alma tuya estaba sin guarda de tapial ni cerca. Te busqué la puerta estrecha del alma, pero no tenía de franca que era, entradas tu alma. ¿En dónde empezaba? ¿Acababa, en dónde? Me quedé por siempre sentado en las vagas lindes de tu alma. Pedro Salinas Hoy me gustaría hablaros de Miquel Torner de Semir. Increíble artista, al que le encanta retratar figuras femeninas. En sus cuadros observamos cómo percibe a la mujer, y podemos coincidir, o no, con lo que nos quiere transmitir, pero la transmisión de su percepción ocurre y esto es lo verdaderamente importante.
Si consideramos que el arte debe transmitir el subconsciente, en Torner de Semir se hace especialmente patente esta transmisión. No me cansaría nunca de mirar a sus mujeres e ir imaginando historias sobre qué deben estar pensado, qué estaban haciendo en el momento antes de ser pintadas, qué van a hacer cuando finalice ese momento, dónde están, quiénes son, dónde van,... Para mi, sus cuadros son verdaderas obras de arte. Os dejo aquí una de sus pinturas por si no conocéis este fascinante pintor. "En un mundo donde todo es torbellino de fuerzas, danza de átomos, donde todo está arriba y abajo a la vez, en la periferia y en el centro, me costaba imaginar la existencia de un globo inmóvil, de un punto fijo que al mismo tiempo no fuera moviente" Marguerite Yourcenar Abro este post para comentaros una pintura que captó mi atención desde el principio, y que consigue que cada vez que vuelvo a ella me transmita algo más. Es como si la imagen sufriera pequeños cambios que despiertan otra vez el interés en mi. Se trata de "La mesa roja" de Henri Matisse, o "Armonía en rojo" como él prefería llamarla. Mi intención con este post no es adentrarme en quién fué Matisse. Encontrareis infinidad de información sobre él. Simplemente me gustaría comentar con vosotros algunos aspectos técnicos de esta fascinante pintura: Las formas están modeladas sin luz ni sombra, por lo que no transmite sensación de solidez, sino de algo etéreo y espacial, y aunque sigue las reglas de la perspectiva consigue crear el efecto de que el mantel y el papel de la pared están en un mismo plano. Además, ofrece un aspecto espontáneo e infantil, tanto en las formas como en la selección del esquema cromático. Parece una pintura que se ha realizado rápidamente. Otro aspecto interesante, es la simplificación de las formas a su interés, modificando el contorno de los árboles y de la figura humana para armonizar con los dibujos del mantel y de la pared. También es destacable el esquema cromático. Es salvaje, típico de la estética fauve, con la utilización de colores primarios y simples. Si comparamos "La mesa roja" de 1908 con otra pintura suya de la misma temática pero realizada once años antes, "La mesa servida", de 1897 podreis observar la increible evolución de Matisse. De una influencia impresionista hacia una estética fauvista. Si no la conocéis, os invito a que hagáis la búsqueda. ¡Os sorprenderá! |
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Septiembre 2024
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