El arte, considerado por muchas personas como algo inútil, es para mi la forma de comunicación más espiritual que existe, en la que un ser humano experimenta los sentimientos o las emociones que le comunica otro ser humano a través de una realización creativa y artística. Yo no podría vivir sin crear, dibujar o pintar, son actos esenciales en mi vida, así como hay personas que necesitan escribir y otras componer canciones.
Y, si nos disponemos a analizar, para qué sirve el arte, considerado por muchos como una inutilidad y un sin sentido, me gustaría hacer un homenaje a Nuccio Ordine, el extraordinario profesor, sabio y escritor que trascendió el 10 de junio del 2023, el cual en su maravilloso ensayo La utilidad de lo inútil, anota las reflexiones sobre la utilidad del arte que hicieron seres tan impresionantes como Lorca, Ionesco, Leopardi, Montaigne, Platón, Aristóteles, Kant, Ovidio, Heidegger, Dante, Petrarca, Italo Calvino y Foster Wallace, entre otros. García Lorca. Es imprudente vivir sin la locura de la poesía Las palabras pronunciadas por Federico García Lorca el año 1934 a los estudiantes de la Universidad de Madrid en la presentación de unos poemas de Pablo Neruda hacen que vibren las cuerdas de nuestro corazón. Lorca nos invita a nutrir con la literatura ese grano de locura que todos llevamos dentro, sin el cual sería en verdad imprudente vivir: “Yo os aconsejo oír con atención a este gran poeta y tratar de conmoveros con él cada uno a su manera. La poesía requiere una larga iniciación como cualquier deporte, pero hay en la verdadera poesía, un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir. Y ojalá os sirva para nutrir ese grano de locura que todos llevamos dentro, que muchos matan para colocarse el odioso monóculo de la pedantería libresca y sin el cual es imprudente vivir”. Eugène Ionesco. Lo útil es un peso inútil En una conferencia de 1961 dictada en presencia de otros escritores, Eugène Ionesco reafirma hasta qué punto necesitamos la insustituible inutilidad, frente a esta humanidad extraviada que ha perdido el sentido de la vida: “El hombre moderno, que ya no tiene tiempo para detenerse en las cosas inútiles, está condenado a convertirse en una máquina sin alma. Prisionero de la necesidad, ya no está en condiciones de entender que lo útil puede transformarse en un peso inútil, agobiante y que si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Así, el hombre que no comprende el arte se vuelve un esclavo o un robot, se transforma en un ser sufriente, incapaz de reir y gozar. Y, al mismo tiempo, puede ser presa fácil de un fanatismo delirante (pensemos, en las últimas décadas, en los fanatismos religiosos) o de cualquier rabia colectiva, que constituyen las amenazas que pesan sobre la humanidad que no tiene tiempo de reflexionar, de recuperar su serenidad o su lucidez...” Okakura Kakuzo. La inutilidad y la esencia de la vida Ya en 1906, en su Libro del Té, el japonés Okakura Kakuzo en su capítulo dedicado a las flores, nos hace reflexionar sobre el descubrimiento de lo inútil, el salto de la bestía a lo humano y supone que la poesía amorosa nace en el mismo momento en el que nació el amor por las flores: "Al ofrecer a su amada la primera guirnalda, el hombre primitivo se eleva sobre la bestia; saltando sobre las necesidades burdas de la naturaleza, se hace humano; percibiendo la sutil utilidad de lo inútil, entre en el reino del arte”. De esta forma, con un gesto tan simple la humanidad se vuelve más humana. Porque al final, si nos paramos a analizar qué es lo que más importa de los objetos que nos rodean, qué es lo verdaderamente útil, nos daremos cuenta que es todo aquello que nos transmite una emoción, que alimenta nuestro espíritu, que nos engrandece el alma,...
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Septiembre 2024
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